Hace unos días realice una entrada, con el ánimo y la preocupación encubierta, dedicada a un amigo al que operaban. Como le solía decir a él, todo es cíclico, y después de la tempestad, viene la calma. Todo, cómo el se merece, parece haber ido bien, y tiempo es de dar más paso a la alegría que a la preocupación, y como dice Louise Hay, «Cada día te ofrece una nueva oportunidad. El ayer ya ha concluido. Hoy es el primer día de tu futuro», por ello comparto en el ambigú unos chistes y una poesía-oración, que espero le arranquen una sonrisa e incrementen su estado de ánimo. J.L.Soba
Los viernes chiste: Operación de cadera
Tranca 1
*****Mercedes, mientras iba con una enfermera llevando en la camilla a Julio, su marido, camino del quirófano, observa cómo la enfermera está muy nerviosa y temblando.
-Mercedes: ¿Pero porqué tiembla usted tanto?
-Enfermera: Es que he oído que la otra enfermera decía que la operación de cadera es muy sencilla y que no había por qué estar nervioso, que todo iba a salir bien.
-Mercedes: Pues claro, todo eso se lo dijo para tranquilizarle, porque es verdad.
-Enfermera: No, si no me lo decía a mí, sino al cirujano.
Tranca 2
*****Julio, recién operado en el hospital contempla la poca comida que le dan, debido a un severo régimen que debe hacer. Se toma parsimoniosamente la pequeña taza de consomé, las dos hojas de lechuga y los 25 gramos de pollo a la plancha. Al acabar le dice a la enfermera.
– ¿Me puede traer un sello, por favor?.
– ¿Un sello?. ¿Para qué?.
– Es que me gusta leer un poco después de comer…
Tranca 3
*****Julio, después de su operación de cadera y su estancia en el hospital, va a su médico para ver que tal va la evolución, pero va acompañado de dos preciosas mujeres morenas, de cuerpos voluptuosos y sonrisas radiantes. El doctor, sorprendido le pregunta:
– Pero ¡¿Cómo está usted?!
– Bien, doctor, he seguido sus indicaciones y mano de santo oiga!
– Pero vamos a ver, le dije que necesitaba dos muletas, ¡no dos mulatas!.
¡Háblale a tus células!
Si acaso mi amigo tu salud flaquea,
háblale a tus células con honda emoción,
pídeles que cumplan bien con su tarea
y que restablezcan su óptima función.
Dirígete a ellas de forma serena
y con la inflexión que mejor te cuadre
con el tono dulce de una madre buena,
o con la firmeza con la que habla un padre.
Pero siempre hazlo de manera suave
como si le hablaras al ser más querido.
porque en el amor reside la clave,
para que el mensaje sea correspondido
y diles las frases que surjan de adentro,
las que más te nazcan desde el corazón.
”vuelvan mis amadas a su justo centro,
recobren ya mismo su alta perfección,
restauren ahora la exacta plantilla
de nuestro perfecto diseño inicial.
Recuperen niñas la luz que mas brilla,
la de vuestra impronta completa y cabal.
las amo pequeñas y les agradezco,
que aquí en este instante reciban mi amor
y que restablezcan lo que me merezco,
que mi ser recobre todo su esplendor.”
Cuando tú sostienes con suave insistencia
ese sentimiento de alta apreciación,
creas un efecto llamado coherencia
en el magnetismo de tu corazón
y como ese campo se halla conectado
con el vibratorio campo universal,
nos responde siempre si le hemos hablado
con su propio idioma el “emocional”.
Ellas de ese modo captan tu mensaje,
perciben la carga que lleva tu acento
y vibran felices al darle hospedaje
al amor que envías con tu pensamiento
y así agradecidas de que al fin les hables
con tanta ternura, con tanta atención
responden veloces a tu trato amable
apurando el curso de tu curación.
Háblales amigo con genuino afecto
y mientras les hablas siéntete sanado,
saludable, fuerte, vital y perfecto,
con tu cuerpo entero todo iluminado.
Haz que ese cariño se torne ostensible,
haz que lo transmita tu tono de voz
y te darás cuenta que no hay imposibles
para aquel que asume que es parte de dios.
Jorge Oyhanarte