La Guerra

«¿Saben ustedes, por ejemplo, que en la hora en que les hablo, hay cien mil locos de nuestra especie, cubiertos con sombreros, que matan a cien mil otros animales cubiertos con turbantes, o que son masacrados por ellos, y que, casi en la tierra entera, así ocurre desde tiempos inmemoriales?

El gigante sirio se estremeció y preguntó cuál podía ser el objeto de la disputa entre tan enclenques animales.

-Se trata -dijo el filósofo- de algún montón de barro grande como su talón. No es que ninguno de esos millones de hombres que van a que los degüellen pretendan poseer una brizna de paja de ese montón de barro. Solo se trata de saber si pertenecerá a cierto hombre que llaman Sultán o a otro que llaman, no sé por qué, César. Ni el uno ni el otro han visto jamás ni verán el pequeño rincón de tierra en disputa, y casi ninguno de esos animales que se degüellan mutuamente ha visto nunca al animal por el que se degüellan.

-¡Oh, desdichados! -exclamó el sirio con indignación-, ¿es concebible ese exceso de rabia furiosa? Me dan ganas de dar tres pasos y aplastar con tres patadas todo ese hormiguero de asesinos ridículos.

-No se moleste -le contestaron-; se bastan a sí mismos para destruirse… Por otra parte, no es a ellos a quien se debe castigar: es a unos bárbaros sedentarios que, desde el fondo de sus gabinetes, ordenan, mientras hacen la digestión, la masacre de un millón de hombres y luego dan gracias a Dios solemnemente.»

Voltaire

Fortín de Les Madrigueres, en las Playas de El Vendrell (Tarragona), fortificación de defensa de la costa, construída a partir de 1937 por la República y utilizado como vivienda al comienzo del franquismo por la familia Casas Perín. Se rehabilitó y se pinto con el icónico «Guernica» de Pablo Picasso. foto J.L.Soba

La Guerra

Una noche hubo una fiesta en palacio, y fue un hombre y se prosternó ante el príncipe. Todos los invitados lo miraron y vieron que le faltaba uno de los ojos y que la cuenca vacía sangraba.

El príncipe le preguntó:

—¿Qué te ha sucedido?

Y el hombre respondió:

—Oh príncipe, soy un ladrón profesional y esta noche, al ver que no había luna, fui a robar a la casa del cambista. Cuando entró por la ventana, me equivoqué y entré en el taller del tejedor. En la oscuridad tropecé con el telar, que me arrancó el ojo. Y ahora, oh príncipe, vengo a pedir justicia contra el tejedor.

Entonces, el príncipe mandó llamar al tejedor, y cuando lo tuvo delante ordenó que le arrancaran uno de sus ojos.

—Oh príncipe —dijo el tejedor—, tu orden ha sido justa. Está bien que me hayas hecho arrancar uno de los ojos, pero, desgraciadamente, mis dos ojos me eran necesarios para poder ver la tela que tejo. Tengo un vecino que es zapatero remendón y posee también dos ojos, y para su oficio no necesita los dos ojos.

Entonces el príncipe mandó llamar al zapatero. Y cuando se presentó ante él le fue arrancado un ojo.

Y así se hizo justicia.

Gibrán Khalil Gibrán

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6 respuestas a La Guerra

  1. azurea20 dijo:

    Muy triste lo que está pasando en el mundo.

  2. macalder02 dijo:

    Para lo que hemos pasado el umbral de los años vividos, leer a Voltaire referirse a lo acontecido en la Revolución Francesa y leer lo que sucede con las guerras actuales, parece inconcebible que no hayamos aprendido la lección. Una buena entrada.

  3. pemmerich dijo:

    Es cierto que los poderosos hacen la guerra a conveniencia sin salpicarse ellos; sin embargo, de alguna forma somos responsables cuando nos dejamos manipular por discursos populistas, nacionalistas o racistas… Acabo de ver el documental de Netflix (acerca de los Nazis) y no logro quitarme de la mente esas imágenes. Cómo fue la población capaz de apoyar a semejante loco?
    Y lo seguimos haciendo.

    • Llevas mucha razón, por eso hay que tener cuidado a quién votamos, pues las consecuencias son irreversibles.

      Las presiones e influencias que padecemos por todos los lados, las tenemos que contrarrestar con conocimiento y sentido común.

      La pena es que la mayoría de las veces, tenemos que optar por lo menos malo, una pena.

      namaste

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