Como no podía ser de otra manera (los compañeros de yoga lo entenderán), este viernes chiste tenía que estar dedicado a Hércules, pues ha sido comentado durante toda la semana. Aporto por el lado serio un bello cuadro de Annibale Carracci titulado Hércules en la encrucijada (también denominado El juicio de Hércules) y por el lado humorístico un monólogo de Vicente Rocamora de su blog monólogo transitorio, que espero sea de vuestro agrado. J.L.Soba

Hércules en la encrucijada
Hércules; ese muchachote de más de dos metros de alto con fuerza y recursos sobrados; se preguntaba un día acerca de hacia dónde encaminar su vida.
Zeus, que debió escucharle, envió a Areté y a Hedoné para que le dieran al muchacho a elegir.
Hércules, que las vio venir, las espero tranquilamente sentado.
-¿Quien sois?- Preguntó Hércules.
-Yo soy Areté; represento la excelencia y la virtud.
-Yo Hedone, represento el placer sexual y por extensión el resto; pero eso aun no toca, porque Freud aún no ha nacido y mejor que lo explique él.
-Hércules- dijo Areté.
-¡Hércules!- repitió en voz alta, porque el muchacho no podía dejar de mirar a Hedoné.
-¿Si?
-Puedes elegir el camino que quieras, pero has de saber que si me eliges a mí, serás un ser reconocido por tus cualidades extraordinarias; superando las dificultades que te harán madurar en conocimiento.
-Ya, mucho curro y mala paga, ¿no?
-Hombre, no lo veas así; siendo hijo de Zeus, tienes unas responsabilidades sociales que cumplir.
-Soy liberal- dijo Hércules -, cada uno que se las apañe.
-Escucha grandullón- dijo Hedoné-, vente por donde yo te digo y no te faltará alegría constante en tu vida; sexo; vino; lujos…lo que pidas.
Hércules ya tomaba de la mano a Hedoné tras su brillante argumentación, cuando Areté le recordó que su padre quería otra cosa para él.
-Eso suena a extorsión, Areté ¿Donde está el libre albedrío?
-Di que si- dijo Hedoné.
-Eres libre de elegir, pero las elecciones tienen consecuencias y si no, que se lo pregunten a los humanos cuando inventen el sufragio universal.
-Areté, aburres a las cabras- le dijo Hedoné.
-¿Todo el sexo que quiera y todo el vino?- le preguntó Hércules a Hedoné.
-Y más- le contestó ella.
-Si haces lo correcto también tendrás de eso- dijo Areté
-De vez en cuando y con aburridas- replicó Hedone-,Yo le ofrezco calidad, que ya me ocuparé yo personalmente.
-Y no le conocerá nadie ni su nombre se recordará eternamente- le respondió Areté
-Soy semidios- replicó Hércules, la gente me recordará.
-¿Sabes cuantos semidioses hay? pregúntale a tu padre si no ha perdido la cuenta- le replicó Areté-, vente por mi camino y serás inmortal como los Dioses y no un vulgar semidiós.
-Oye, un poco de respeto.
-¿Entonces la memoria de las gentes no me olvidará?
-Y no olvides que tu padre si le decepcionas, se puede enfadar y mira a Sisifo lo que le hizo.
-¿Entonces, la libertad de elegir está siempre condicionada por la presión de lo correcto?
-Parece que lo empiezas a entender.
-Pues vaya putada- le contestó Hércules y mirando a Hedoné le preguntó.
-Entonces si me voy con ella…
-Las aburridas- sentenció.
-Hay que joderse.
Vicente Rocamora en su blog monólogo transitorio