
Torrecilla en Cameros (La Rioja), evidentemente, mi pueblo. J.L.Soba
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Martín, un torrecillano que murió y fue al Cielo
Martín, una buena persona,(al decir de los torrecillanos, de lo mejor que ha pisado esta tierra), después de un fuerte ataque de risa, murió y fue al Cielo…Cuando estaba a punto de entrar, frente a la puerta, vio una enorme pared llena de relojes detrás de San Pedro… y Martín, sorprendido, le pregunto al santo Cancerbero: Qué son todos esos relojes…??
-San Pedro le contesto:
-Esos son los relojes de las Mentiras. Todo el mundo en la tierra tiene uno, cada vez que mienten las manecillas se mueven…
… Oh, dijo Martín…!!
De quién es ese reloj…??
– Ese es el reloj de la Madre Teresa de Calcuta, las manecillas nunca se han movido…El nunca mintió.
Increíble» dijo Martín…
-Y de quién es ese otro…??
– Ese es de Abraham Lincoln… Las manecillas solo se han movido dos veces…Lo que nos indica que Abraham solo dijo dos mentiras en toda su vida»
-Hablando de mentiras, preguntó Martín, ¿Dónde está el reloj de Donald Trump?????…
-San Pedro le respondió:
Aaahh… Donald Trump, interesante reloj, ese……………………..!!!
¡¡ Ese lo estamos usando como ventilador de techo…!!
Religiosidad rural
Tres torrecillanos, de distintas religiones, deciden subir a Lumbreras a coger boletus. Repentinamente, en un recodo de la carretera de Soria, el coche derrapa y cae a una profunda poza del Iregua, y ante el peligro de ahogarse , cada uno de ellos empieza a rezar a Dios de acuerdo a su tradición.
El cristiano ora fervientemente: «¡Mi Señor Jesucristo, sálvame….!». Y el milagro se hizo, llegando a la orilla sano y salvo.
El musulmán eleva sus plegarias a Alá y sin darse cuenta se ve en tierra firme
El hindú, muy nervioso en la situación en la que se encuentra, empieza a invocar a todos los dioses para que acudan en su ayuda: «¡Rama, Rama!…» pero ningún milagro se produce. «¡Krishna, Krishna…! y tampoco obtiene respuesta. «¡Shiva, Shiva…! ¡Devi, Devi..! El hindú empezó a tragar agua, «glu, glu, glu….», hasta que finalmente acaba ahogándose.
Mientras subía al cielo, indignado comenzó a protestar:
¿Por qué mis amigos que rezan a un solo Dios han sido salvados, y yo, que tengo tantos, ninguno vino a salvarme?
Entonces se escuchó una voz profunda perteneciente a la Divinidad:
«¡Claro que iba hijo mío! No has perdido la vida porque yo te haya abandonado, sino por tu impaciencia. A cada segundo me llamabas con un nombre distinto. Rama… Krishna….Shiva…..Devi… y, ¡caramba , no me dabas tiempo para cambiarme de indumentaria!.
Buddha y el cambio
Se encuentra Buddha en Torrecilla paseando por sus bellas calles, apreciando las casas solariegas, su Iglesia y las ermitas románicas que lo rodean, cuando ya cansado de tanto andar, decide acercarse al restaurante La Terraza, y pide al camarero una hamburguesa vegetal y un botellín de Peñaclara. Saca un billete de 50 dólares y se los entrega.Después de esperar más de diez minutos por la vuelta, Buddha se dirige al camarero y le dice: «¿Puede darme el cambio por favor?». A lo que el camarero le responde: «Señor, el cambio está dentro de uno».
Jornadas de hermanamiento espiritual
Se celebraban en el riojano pueblo de Torrecilla en Cameros, unas jornadas de hermanamiento entre las distintas culturas y religiones que a lo largo del tiempo se asentaron esta tierra.
En una tienda instalada en El Serradero, están conviviendo un mulá árabe, un sacerdote cristiano y un rabino judío. Se habían quedado sin comida y sólo disponían de una ración de halva, un postre típico árabe.
Había quedado pues sólo una ración de halva, así que como casi siempre ocurre, comenzaron a preguntarse para quien sería.
Como hermanos espirituales que eran, decidieron que soñarían y el que tuviese el sueño más bello se comería la ración de halva.
El rabino judío se levantó muy temprano a la mañana siguiente y dijo:
– He tenido un sueño maravilloso. Moisés, el gran Moisés ha venido hacia mí y me ha llevado a visitar el desierto en el momento de la entrega de los diez mandamientos. ¿No es maravilloso?
El sacerdote cristiano dijo:
– Yo he soñado algo más místico. Jesús ha venido a mí y me ha llevado al momento trascendente del Sinaí y también a Nazaret, el lugar sagrado.
Y el mulá árabe dijo:
Seguramente hermanos habéis tenido estos sueños maravillosos y no sé si el mío llega a este nivel. He soñado que venía a mí el profeta Mahoma y me decía: «Tus hermanos están de viaje en un hermoso sueño, vete a la cocina y cómete el halva«.
La sabiduría de los monjes
Andrés, seguramente, el tipo más viajero que haya dado Torrecilla, estaba de viaje por la India y decide pedir alojamiento en un monasterio. Al visitante le asignaron una habitación que tenía tres ventanas.
Por la primera ventana, vio a todos los monjes desnudos con el pene sobre una gran mesa.
Por la segunda, vio a una hermosa mujer desnuda acostada en una cama.
Por la tercera, vio a un monje colgando de una soga, ahorcado.
Andrés se quedó intrigado y le preguntó a uno de los monjes sobre lo que vio. El monje le contestó…..
- En la primera ventana viste una ceremonia que hacemos todos los lamas y consiste en situarnos desnudos con el pene apoyado sobre una gran mesa, luego soltamos una mosca y en el pene donde esta se pose, es el ganador para pasar la noche con la hermosa mujer que viste en la segunda ventana.
- Y entonces, quién era el ahorcado?
Ese era un hijo de …. que ganaba siempre, hasta que descubrimos que se la untaba con miel.
Y por el mismo precio, como penitencia, una preciosa oración de Gloria Fuertes
Oración
Que estás en la tierra, Padre nuestro,
Que te siento en la púa del pino,
En el torso azul del obrero,
En la niña que borda curvada
La espalda, mezclando el hilo en el dedo.
Padre nuestro que estás en la tierra,
En el surco,
En el huerto,
En la mina,
En el puerto,
En el cine,
En el vino,
En la casa del médico.
Padre nuestro que estás en la tierra,
Donde tienes tu gloria y tu infierno
Y tu limbo; que estás en los cafés
Donde los pudientes beben su refresco.
Padre nuestro que estás en la tierra,
En un banco del Prado leyendo.
Eres ese viejo que da migas de pan a los pájaros del paseo.
Padre nuestro que estás en la tierra,
En la cigarra, en el beso,
En la espiga, en el pecho
De todos los que son buenos.
Padre que habitas en cualquier sitio,
Dios que penetras en cualquier hueco,
Tú que quitas la angustia, que estás en la tierra,
Padre nuestro que sí que te vemos
Los que luego hemos de ver,
Donde sea, o ahí en el cielo.
Gloria Fuertes