
Mujer ante el Espejo, Pablo Picasso, 1932, Museo de Arte Moderno, Nueva York
Frente al Espejo
Yo, que comí la cáscara por no merecer la pulpa. Yo, que le creí a la culpa y me escondí tras su máscara.
Yo, que me abofeteé y me dije los más obscenos insultos, que me negué a darme indultos condenándome a estar triste.
Yo, que suicidé mi anhelo para lograr ser querido. Yo, que me enemisté conmigo, truncando todos mis vuelos.
Yo, que me escupí en la cara, abusador de mí mismo. Yo, que complací al cinismo, sobornando a quien me amara.
Yo: exigente y despiadado con nadie como conmigo. Yo: mi más cruento enemigo, mi juez y mi sentenciado…
Me levanté esta mañana cansado de no quererme, de apagarme, oscurecerme (¡que mi luz no encandilara!).
Vi en el espejo mis ojos mirándome en mi mirada, tantas veces empañada por mirarme con enojo.
Y me di ternura. Y vi, en ese rostro cansado que me observaba extrañado, lo bello de lo que fui:
Me vi ante los que han sufrido amparando el desamparo. Me vi austero, pero honrado. Me vi noble. Me vi erguido. Me vi venciendo al Abismo sin mancha ni cicatriz.
Y quise hacerme feliz honrando que soy yo mismo. Que soy franco, solidario. Que soy leal y confiable, y que cuando envainé mi sable aposté a lo humanitario.
Sin autocompasión malsana, fui piadoso ante mi pena, y levanté mi condena, como el que amando se ama.
Aprecié que, pese a todo, pese al error y al acierto, siempre elegí estar despierto, sin sumergirme en el lodo. Y mirando mi mirada me pedí perdón, llorando. Y de mirarme mirando amé a ese a quien miraba.
Quiero empezar a regarme, jardinero de mí mismo, porque no es egocentrismo abrir mi Esencia y mostrarme. Vine a Ser. Y eso decido. Dispongo abrirme a la Vida. Ya basta de tanta herida, siendo heridor y el herido.
Por todo lo que viví, a partir de este momento cuento conmigo, pues siento: ¡Que puedo confiar en mi!
Virginia Gawel, Psicóloga, terapeuta, docente y escritora, nació en Buenos Aires, Argentina, en 1961.
Gracias por compartir!
Gracias a ti.
Namasté